A GEA

A GEA
Vuelvo a ser el agua que se desliza,
por entre los juncos del lago,
dulcemente serena.
Me he dejado llevar por mi madre,
ésa naturaleza que,
roza mis pies con su hierba,
moja mi cuerpo con su lluvia,
enciende mi cuerpo con su calor,
hace tiritar mi piel con su frío,
alegra mi vista con sus flores,
y me alimenta con la sangre de,
sus otros hijos.
Vengo de las contracciones de las olas,
nacida de un parto del agua,
y en el agua cantando su nombre,
mamé de las ubres de Gea,
el último calostro que,
como parte de la naturaleza,
me correspondía.
mabel escribano
d.r.
imagen: google