ATROPELLO

ATROPELLO
No
no te he pedí permiso
ni tan siquiera pensé que fueras tú.
No te vi venir y me quedé a este lado
quieta junto al poste que anunciaba
bebidas refrescantes contra el calor amoroso.
No
no te pedí permiso
y mi mirada atravesó la calle
de la mano de una nueva emoción
que inconscientemente saltó en rojo
el semáforo de la mutua correspondencia
y fue atropellada por tu lógica indiferencia.
mabel escribano
d.r.
imagen: google