Mírame

poema de Bardo

Para Ady...

Mírame, que tus ojos y mis ojos se encuentren en el furtivo recoveco del imaginario idilio, ahí, en ese apacible remanso que mi corazón inventó para ti, donde mi mirada aguarda ansiosa a tu mirada para acariciarla, como siempre, con un beso, lejos del hastío del bullicio y ausente del discurrir del tiempo.

Mírame, porque sólo la temblorosa luz de tu mirada, en este desierto interminable y sombrío, logra el prodigio de hacer florecer las azucenas y los lirios. Mírame, porque aun cuando siempre te marchas, nunca me abandonas sin dejar el candil encendido.

Mírame, porque es tu mirada para mi solitario corazón enmudecido, lo que la suave brisa para la vacilante y exánime llama: su latido. Mírame ahora, y mañana y siempre porque un día sin tu mirada es un incesante salto al vacío.

Mírame como quieras: con displicente indiferencia o con la llamarada de una quimera; con inefable ternura o con impávido asombro. No importa. Sólo mírame y sálvame del oscuro y frío abismo de la ausencia de tus ojos.

Mírame, aunque tu mirada sea un leve suspiro, un efímero soplo cuando la premura inexorable de tus pasos se lleva lejos de mí, a no sé dónde, tus ojos. Alargaré el ensueño del fugaz instante hasta que nuestras miradas, como dos ríos que al mar corren a abrazarse, vuelvan a encontrarse.

Mírame...