Tarde de Café
poema de LD
Que hora la que pasamos
Sudando nuestro destino
tu piel me marco el camino
De milagros azulados
Tu voz expide gemidos
Tus labios ofrecen roces
Cascada viva en tus piernas
entre tus piernas el goce
No hay clemencia en tus ojos
Tu piel café favorito
Tu pecho junto a tus pecas
Yo pecador, te necesito
Para calmar la condena
O saborear el delito
De haberte visto como a Eva
Mordiendo el fruto maldito





