A mi Padre

poema de Luis Enciso

Mi padre que a veces solía tornar
Su pálida mirada a mi semblante triste
Alzaba los brazos, valeroso,
Apartando la aflicción con una sonrisa…
Y con su mano derecha del brazo dominante
Me otorgaba su perdón en una sola palabra.
Si hubiera justicia más pura en la Tierra
La tierra se tragaría mi alma.
Regresa del trabajo y no me atrevo
A verle, ni oso preguntarle cómo le fue.
Padecen mis huesos del temblor impaciente
Que me abraza y no me deja respirar bien.
Habita en él, increíble dolor más injusto.
Sus heridas duelen a amargura.
Siento mi sangre coagularse en la puerta,
La muerte pasa y no se atreve a entrar.
El culpable está aquí, convertido en barro.
La muerte pasa y no se atreve a verme.
El miedo nunca fue solo mío.
Padre, el invierno se refugia en tu mirada;
Mi madre te contempla, está callada.
La cena está servida y nadie quiere hablar.
En esta cena todos cargan un difunto;
Las penas se confunden con la lluvia,
Y en tus ojos, padre, llora un niño también.