El ocaso de mi cordura.

Sigo los pasos del destino,
me enfoco en
las líneas trazadas,
respiro e ignoro la angustia,
debo continuar, debo ser feliz, debo olvidar.

La ruleta rusa continúa girando,
evito las balas de tu ausencia,
respiro e ignoro la angustia.

Camino por el sendero de lo correcto,
lo recuerdos se vuelven piedras,
mis letras vuelan hacia a ti, pero tu ya no las besas, no las buscas, no las esperas.

He decidido creer que no te fuiste,
he decidido creer que es una lucha no escribirme, no llamarme, no desearme.
He decidido creer en las noches nos encontraremos en los sueños, como antes, como siempre, como nunca.

El autoengaño, me convierte en funcional,
le hablaré a tu fantasma,
te escribiré en versos,
te amaré en mis silencios,
se harán carne mis recuerdos.
Como una niña con su amigo imaginario,
serás mi compañero, en el día y en la oscuridad de la noche y de mi alma.

El ocaso de mi cordura.