Casualidad.

Quiero escribir. ¿Por ti? No lo sé. ¿Por lo nuestro? No lo creo. ¿Por mí? Tal vez.
¿A quién engaño? En ese momento no sabía lo que quería. Ahora tampoco lo sé muy bien, pero si estoy seguro de algo y es que de ti no me olvido. No puedo (ni quiero) pero debo. Y es que fue tanto, tantas emociones juntas, difícil de asimilar. No entendí mucho que querías, al día de hoy sigo sin hacerlo…
Por tu lado sentía amor, por otro tu deseo. Me veía confundido, repleto de esta incertidumbre de pensamientos y es que cuando más y más rebusco en mis recuerdos…más me pierdo.
Yo por mi parte, buscaba amor, buscaba deseo…te buscaba, aún sin saberlo.
Y fuiste una casualidad, única en mi vida, regida siempre de la causalidad. Un misterio que me atrapó.
Los astros se reían de mí, feliz por cumplir el mismo día los años. El destino se reía de mí, por creer en que teníamos que ser cercanos. La vida sintió pena de mí al ver como caía en los hilos de ella.
Aún creo, después de lo que pasó, que conocernos estaba escrito. Pero se adelantó al tiempo que había sido puesto.
Inmersos en nuestra oscuridad nos conocimos, buscábamos en cada uno el eco que nos iba a guiar y al revés, cada vez nos alejábamos más.
Y llegó la despedida. Que hasta el día de hoy lamento, si sabía que era el último beso, me hubiera quedado hasta el fin de los tiempos.
Y un día me doliste, al día siguiente también. Cada tanto regresas para recordarme que no te pude olvidar.
Leí y releí capítulos enteros de mí, me indagué, busqué y no encontré ninguna respuesta….
¿Por qué será que no te puedo olvidar y vos continúas cambiando sin mirar atrás?
¿Y qué, si aún te extraño? ¿Y qué, si quiero ver sus dulces ojos?
¿Y qué, si quiero jugar nuevamente con su cabello?
¿Y qué, si quiero sentir sus labios?
¿Y qué, si quiero sentir como hacíamos el amor?
¿Qué tiene de malo recordarte cuando ya no estás?