llamada al hospital

poema de Leonaar

Estaba enterrado en una caja
y una plaga de orugas me acompañaba, mi madre preocupada llamó al hospital.

Acostumbrado a la oscuridad; mi alma no sabia que estaba bien y que estaba mal.
Le causaba satisfacción las navajas en su piel y las voces se convirtieron en amigos hipócritas.

Un día en el patio del hospital tuve la visión que estaba en un enorme escenario, había un camino largo y curbiado en donde yo caminaba y corría cantando.

Las orugas que vivían en mí, salían lentamente convertidas en hermosas mariposas. Era de noche y ellas miraban la luz de las estrellas que disfrutaban del concierto de un extraño.

No me importaban las cámaras, yo me sentía libre, yo me sentía feliz, yo quería seguir mi concierto hasta que la emofermera salió por mí.

Mi mente cambió. Yo quería intentarlo, y todo fue mejorando.
Pero los sueños no son color de rosa.
Ni la confianza una puerta al éxito. todo tiene su tiempo y su razón. Su sentido.