Que absurdo

poema de Leo M.

Disloco mi realidad, al servirme otro trago, me adentro en mis pensamientos, acomodo la luna y me tiro al diálogo interno, observo, organizo y pienso.

La mente en blanco, mil imágenes que caminan y trotan pero fuera de mi cabeza, solo el tiempo me susurra y el tabaco se consume.

Miro el humo, te vuelvo a mirar, te consumo en un trago de whisky y te beso en la nicotina,
se forma una constelación entre mi realidad y mi corazón.

Te vuelvo a fumar y tomar, me embriago y nuevamente…
¡Que absurdo ser yo el borracho!

~Leonel Morales