Soy

Aire.
Millas y millas de simplemente aire.
Aire acariciando mi piel, haciendo volar lo que alguna vez fue mi alma.
Aire sofocándome, asfixiándome.
Mis pies caminan descalzos, mojados por el agua de la lluvia.
Lluvia interminable, tormenta incansable.
Caminan sobre los charcos que poco a poco se van convirtiendo en ríos.
Mis manos se entrelazan en una soledad imparable.
Buscando compañía en viejos poros desgastados.
Poros ardiendo a causa de una antigüedad icomprensible.
Aire, agua, fuego.
Y yo.
Yo, tan liviana como un corazón roto.
Yo, tan pesada como el vidrio clavado en sus arterias.
Yo, tan infinita como el tiempo inventado.
Yo, tan terminal como mis efímeros segundos de lógica.
Yo, el aire, el agua y el fuego.
Mis pies se tornan hielo.
Helados por un mar incansable, mojados por el llanto del mundo.
Mis manos se vuelven antorchas, encendidas con el fuego de un deseo inalcanzable.
Mi rostro ya no es rostro, mi rostro es el aire.
Soy agua, fuego y aire.
Soy mundo.
Mundo, todo y nadie.
Soy pluma ahogándose poco a poco en un vacío incontrolable.
Soy fuego cuyo destello se apaga al compás de la lluvia.
Soy cenizas de viejo cigarrillo de un mundo en ruinas.
Soy.
Simplemente soy, existo.
Inhalo, exhalo y alimento a un corazón sofocado.
Soy alma, soy piel, soy sangre.
Figura creada por el arte del misterio.
Soy tornado en un pueblo lejano.
Soy inundación en un viejo vacío olvidado.
Soy incendio en un bosque destrozado.
Aire, agua y fuego.
Yo.
Yo y ellos.
Yo y el mundo.
Yo y mi existencia.
Yo, muriendo.
Fui niña corretiando por los campos cultivados de una granja.
Fui joven coqueteándole al perfume de las rosas.
Fui mujer alimentando corazones de azúcar.
Fui anciana contando viejas historias, tal vez algo descabelladas.
Fui vida.
Vida.
Y ahora soy muerte.
Todo y nada.
Emprendiendo un viaje.
En aquella calle, en aquel callejón, con aquel vestido.
Un vestido hecho de millas y millas de mi piel.
Mis pies descalzos sobre el asfalto empapado.
Mis manos entrelazadas con el temblor de un viejo sentir.
Mi cuerpo tan liviano flotando en un vacío.
Un vacío tan lleno como yo lo estoy.
Porque ahora ya no soy.
No soy.
No existo.
No respiro.
Solo me preparo.
Emprendo un viaje hacia otro mundo.
Aire, agua y fuego.
Y yo.
Yo, ya no siendo.
Yo, ya no existiendo.
Yo, muriendo.