Ella y el mundo

Ella parecía frágil como una flor, pero era tan dura como la roca...

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Vivía en un mundo el que nada importa salvo uno mismo.
Un mundo en el que al ver una persona con dificultades debes burlarte de ella en vez de ayudarla.
En ese mundo todos olvidan cuando haces lo correcto, pero al equivocarte tu error queda grabado en sus mentes por siempre.
A los hombres les falta dinero para abastecer de agua zonas áridas, donde hay personas que mueren, pero les sobra para ir a buscar agua en Marte.
Un lugar en el que hacer guerras es más fácil que conseguir paz, hacer daño es más simple que hacer feliz, y engañar es más común que ser sincero.
Pero a pesar de todo, ella seguía adelante.
Las personas veían en ella a alguien débil e incapaz.
Pero lo que no sabían, es que ella se acostaba cada noche con la imagen de sus padres asesinados frente a sus ojos, los ojos de una niña pequeña e inocente.
Ellos no sabían que se levantaba todas las mañanas teniendo que ir a buscar agua bajo tierra y que hay días en los que no comía.
No sabían que ella era feliz al conseguir un plato de arroz, al encontrar un poco de agua, al sentirse afortunada por seguir viva.
Y la gente la juzgaba.
Los turistas que se la cruzaban la señalaban del dedo y hablaban mal de ella por llevar en sus brazos a un niño pequeño.
La llamaban "puta", "zorra", "perra", "maldita", le decían irresponsable.
Pero nunca se habrían imaginado que había sido violada, y que había tenido que dar a luz en la alfombra rota de su pequeña casa.
Ellos simplemente suponían y siempre pensaban tener razón.
También decían que era mala madre, sin saber que había aguantado hambre durante semanas para poder alimentar a su hijo, que había soportado palizas que la habían destruido para poder protegerlo, que ella por él habría dado su vida y que le otorgaba todo el amor que tenía, más que al que cualquiera de ellos le habría cabido por dentro.
En el mundo que habitaba la gente se sometía a otros por miedo y aún así pensaba que era libre.
Se convencían de que sabían quienes eran cuando en realidad no tenían ni la más mínima idea de aquello.
Decían amar por físico, sin entender que era deseo. Decían amar por inteligencia, sin entender que era admiración. Y cuando en serio amaban a alguien por todas sus cualidades y defectos, lo dejaban ir.
No entendían que no se ama a una persona por ser bella, la persona es hermosa porque se la ama.
Ella no entendía por qué la gente se quejaba al no tener todo lo que quería, en vez de alegrarse por querer todo lo que tenía.
Y ella tan solo se alegraba de tener esos pequeños detalles mágicos de su miseria, su rica miseria.
Ella comprendía que tenía una pequeña familia de dos, un techo, mucho amor en ella, y que a pesar de que no fuera mucha, tenía comida y tenía agua: y con esto le bastaba para ser feliz.
Por lo cual comprendía que era mucho más rica de lo que algunos pensaban.
Pero ellos eran ciegos, y no lograban entenderlo.
No lograban entender que "entre más tomas, menos tienes", y por eso es que no la comprendían a ella, y se conformaban con juzgarla y hablar mal de ella.
Sin entender que entre más hables de alguien, más dices de ti mismo.
Pero así eran las cosas y no podía evitarse.
Pero ellos tampoco sabían que a ella le importa en lo más mínimo lo que dijeran, eran ignorantes, y ella sabía y entendía quién era.
Y es lo único que importaba en realidad.