Bruja
¿Encerrarán aquellos ojos enigmas
aguardando por mi llegada?
¿El rojo que decora sus labios
esconde un conjuro oculto?
¿Para atraerme, decoraste tu sonrisa,
con millares de estrellas blancas
soñadas por Neptuno y por Júpiter anheladas?
Ahora dime:
¿He tenido la dicha de ser elegido
por un amor mágico y eterno digno de
un cuento de hadas?
La casualidad no fue artífice,
sino el destino quíen escribió
sobre nuestro encuentro,
sin embargo de seguro sus místicas cartas
ya le habian revelado sobre mi llegada,
y un capítulo sobre mí en su
antiguo grimorio se hallaba.
Mil Noches tejiendo con delicadeza
el destino de nuestro amor con magia,
¡bruja aventajada!
De preparar todo has tenido
mucho tiempo.
Una estela violácea, al pasar
deja su aura, al instante encantó
mis ojos; ahora, de tu presencia,
se ha vuelto esclava mi mirada.
Emana su blanca piel un dulce perfume
que recuerda a un campo de flores lunares.
Enigmático su aroma impregna todos los olores
dejando una profunda huella en mi olfato,
para tal labor, pareciera tener un talento nato.
Tambíen al mundo onírico llegan sus garras:
escondida tras un velo, todas las noches
orquestando la trama de mis sueños,
susurrando conjuros de amor en mi alma:
"Tu lugar no es otro que mi corazón,
déjame amarte como amo a la luna
y ella a sus secretos."
Dime, ¿has sido tú quien ha logrado
colarte en ellos mediante misteriosos métodos?
Inclusive a los astros no ha dado respiro:
Eternos destellos del cielo, por la noche,
me siguen con su intensa mirada, junto la luna
su indiscreta cómplice, acompañadas.
Grandes sospechas de que las flores son sus aliadas;
todas me vigilan, donde quiera que vaya,
con ojos que son suyos, y el viento susurrante
cosió a mis oídos su melodiosa voz
para nunca cesar de escucharla.
Tantas horas como el sol brille
y la luna desde el cielo me controle
mis pensamientos a ella dedico,
sus suspiros son mi alimento;
mato por una de sus miradas y
muero por el día en el que
reposen en mis labios sus besos.
Confieso: al principio, todo esto
me aquejaba; sin embargo,
cuando menos he reparado en ello,
¡arribó a las puertas de mi corazón
el amor de una bruja enamorada!