A mamá , para que no le quede duda alguna,
Y despierte cada mañana convencida de lo que ahora le digo,
Para ella,
Para que más decir que lo ha hecho todo y en todo, ha dejado marcas,
Ha dejado a mí, se ha dejado a ella y nos ha dejado a todos.
Alguna vez me dijo que de tristeza no llore, que solo de alegría, de dicha y de amor.
LO he comprendido todo y por tristeza no he llorado.
Ella no es buena, solo misericordiosa.
Le daría la mano al enemigo, al opositor, al agresivo, hasta a la misma violencia, hasta al más maldito.
Ella si es buena, y también misericordiosa. Es buena en el amor, en el mundo y el mundo es bueno con ella.
Trasciende barreras de lo desconocido con la vid de su sonrisa.
Sus hoyos se muestran enormes en un cántico y aplacan las almas incrédulas.
Por todos los caminos, lo hace todo: llora, ríe, se enoja, nos manda al carajo. Pero ella, ella sabe lo que hace.
No le pide préstamo a nadie a cambio de nada, al contrario ni siquiera pide un préstamo indefinido, ella es el prestamista que te da la mano.
Mamá Lesly, desvelaría su noche por vernos sonrientes y amargaría sus sueños por que estemos todos relucientes.
No duerme, no llora y ama mucho.
No es triste, nunca es triste.
No espera nada de nadie, porque ella lo da todo.
Me lo ha dado, se lo di y juntos nos intercambiamos el alma.
No hay maneras ni motivos para cortar las cuerdas del puente colgante que nos une.
El tiempo con cizaña, con la tijera del olvido trató de cortar las cuerdas, pero no lo logró.
Esas cuerdas tienen recuerdos, amor, noches de desvelo y dos que tres gritos de júbilo al aire por ella.
Esas cuerdas tienen caricias y unas sonrisas a carcajadas que se escuchan como eco en un silencio que todo lo oye.
Mamá Lesly, daría lo que nadie dio para salvar lo que nadie salvó.
Ella lo daría. Por mí, por papás, por todos nosotros.
Comería con el pueblo, con la monarquía, con los corruptos y con los desamparados.
Le daría un respiro de fe con una sonrisa.
Con esos hoyuelos disparados que explotan cuando le haces cosquillas.
Con esa sonrisa incomparable a gritos que salta de ella cuando no puede más.
Por la injusticia de no estar con ella ahora.
Porque los años han sido claros y el agua que brota de ella es la misma sangre que a mi ser compone.
Loca de pasión, de ira, de inteligencia.
Estalla en furia y se apasiona en ser la catástrofe de cólera que todos temen.
Pero nos ama, ella nos ama.
Como nosotros la amamos. Como su hermano la ama, como sus padres la aman.
Como yo la amo.