Desahogo

poema de libisarenas

En la madrugada del lunes un desgraciado tiburón
me mordió una pierna, fue tanto el desespero
que me tire a un caño de estiércol
porque me dijeron que era un buen antídoto para la mordida del tiburón.
El tiburón murió por el apestoso olor putrefacto,aquí no acaba la historia
resulte muerta también por eso desde el infinito y mas aya les aconsejo que se alejan del lagarto.