Naturaleza

Escribo de lleno este alarido
Porque me despierta una voz cansada
Y no un personaje de mi último sueño
Como lo hacían ya hacia puñados de tiempo
Las vivencias de un cariño distanciado
Porque no te has ido. Porque aun te veo
Detestando los malditos números
Que anteceden a las letras de tus pasos;
Porque aun te veo llena de personalidades;
Con ganas incansables de luchar;
Sin ningún miedo a nadie
Tejida de secretos inimaginables.

Ansío la posibilidad de que me conozcas
Y anhelo el deseo de conocerte
Y no hay mejor método que leyéndonos
Pues tenemos el corazón repartido
Entre todos los libros que hemos prestado
Y que no han sido devueltos
A las estanterías de nuestros pensamientos
Ya sea por el miedo a pedirlos, o a la negación,
O simplemente porque aún no nos hemos ido.

Es un hecho de mera casualidad
Perderse en tus ojos de naturaleza
Y en tu cabello de otoñal atardecer.
Todo porque me fui percatando
De que cada paso es continuo,
Que lo que cuenta es el beso
Y no la calidad del lápiz labial,
Que los días pasan y se llenan de nostalgia
Por tanta marea y tanto movimiento

Y así se nos cansó el alma buscando palabras
Para llenar de cierta certeza nuestras promesas
Pues, lejos de comprender todo esto
Somos, de verdad, despedida constante.