Laberinto del Querer

Las calles están desiertas de tu risa,
¿Lo estaré haciendo bien?
Las campanas me recuerdan a que
cenicienta ya tendría que estar en casa,
y que esta noche no tiré mi tacón,
para que siguieras mis pasos.
¿Lo estaré haciendo bien?
Me duele la cabeza,
de la tristeza no hablada,
de las ganas de llorar aguantadas.
Cada persona que veo sentada,
con esa postura tan parecida a ti,
me reclama el pensamiento
de ¿Será ella?
Y un deseo infinito me recorre la espina dorsal,
pensando que eres tú,
y al segundo caigo,
en que ya no estás.
Y me lleno de nostalgia,
de una sonrisa triste,
de un vacío enorme,
que apremia a mis ojos,
aguantar una lágrima traicionera,
que recorre mi mejilla,
al nudo que se forma en mi garganta
y levanto la cabeza
y me confirmo a mí misma,
que es lo mejor que he podido hacer.

Pero luego a ratos,
el nudo en la garganta aparece,
me ahoga,
me quema,
los ojos se me llenan de lágrimas,
la vista borrosa
y algún que otro mareo.
Se me está haciendo muy duro.
No soy fuerte,
soy luchadora,
pero a veces cuesta tanto seguir,
aguantar,
es un infierno.

A veces pienso en el primer momento que coincidimos en hacer match,
en qué momento,
conocer el cielo y el infierno
se me ocurrió descubrir.
Se me hiela la sangre,
tiemblo, me desvanezco,
hay veces que no puedo más,
que me hundo,
que lloro,
que grito,
que estoy harta.

Sé que es lo mejor que he hecho por mí,
por mi salud mental,
pero sé que es lo peor que he hecho para mi corazón, para mi ilusión, para mis ganas de vivir.
¿ Lo estaré haciendo bien?