MIS ADICCIONES

Yo tenia una vida, una vida llena de placeres que, me volvían adicta. Todas las mañanas mientras la música zumbaba mis oídos contaba las lineas que estaban plasmadas en el techo de mi espacio.
Me mentalizaba cual sería mi rutina esta vez. Cuál era la hora para consumirme entre mis adicciones. No, no era el alcohol, tampoco las drogas, sino las personas. Alimentaba su vida a costa de la mía, lleve 20 meses sin sentirme vivo o libre. La culpa fue mía, mis malas decisiones me llevaron a esto. Había muchas maneras para salir, siempre la hay. Pero yo necesitaba que sucediera, necesitaba que ella una de mis adicciones mas peligrosas me matara. Su cabello era largo como las noches, pero rubio cenizo. Sus ojos siempre se mantenían bien abiertos y su voz era dulce, pero ella no, no era buena, no al consumirla. Es esa clase de personas que es mejor mantenerlas como un viejo y amargo recuerdo, que tener que vivir con ella en carne. Muchas veces sangre por ella, baje mi dosis para que el daño fuera mínimo solo que era inútil. Con ella traía otro mas, un chico alto de tes morena, sus cejas pobladas y mantenía un gusto por motocicletas. Él era mi consumo entre semana cuando me sentía sola y quería olvidarlo todo. Debí suponerlo, solo era cuestión de tiempo para que me aniquilarán en silencio. El final mas triste es que así paso. Caí al suelo frío, sola abrazándome para mantenerme caliente. Ellos dieron un paso hacia atrás sin mi. Les rogué que eran lo único que me hacían mantenerme con sueño. Pero hicieron caso omiso y se desvanecieron entre mi recuerdo por esa noche. Claro que dolió, dolió tanto que hasta en mis sueños pensaba que fuera un sueño, y no despertar. Días después de no saber que hacer, opte por levantarme, sacudir toda la suciedad que se encontraba en mi persona, en mi nombre. Puse mis ojos frente al sol, y vi como sus rayos dorados tocaban mi piel, haciéndola sentir nueva, yo me sentía nueva. Me despedí de mis viejas adicciones, me juré no caer de nuevo en ello. Y seguí caminando sin mirar atrás, por que ahora me toca correr para encontrar mi sanación.