Historia

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Historia
El secreto más preciado, es el que llevo en mi pecho, ese pecho rebosante de alegrías, como la más alta sinfonía de Mozart.
Él, quien daba vida a mis emociones más escondidas, esas que ni yo conocía, Él me enseñó a despertar.
Despertado en sus brazos sin haberlo conocido. Él, me enseñó a soñar.
A soñar con lo desconocido, como cueva escondida, llena de ocultos tesoros.
Mi refugio, sus ojos
Mi alegría, su voz
Recuerdo todavía aquellas escenas de noches frías, de paneles de abejas, miel y jalea.
Nunca escapé,me encontraba tan cerquita de él, cerquita del corazón, escuchaba su palpitar, cien y más latidos por minuto, subiendo cuestas eternas para abrazar su refugio, ese escondite seguro, donde nos prometimos un mundo de dos.
¡Qué siga escribiendo mi pluma, donde se mueve el tiempo sin horas, por las rutas fascinantes de un viajero de pulso encendido, mostrándonos sus victoriosas venas, que guardan silencio ante el imponente triunfo del cazador!
Él, se encargó de escribirme como olas de mar, oliendo a poesía.
Cuando sus labios susurraban mi nombre, los míos encontraban su herida para poder sanar su dolor.
No había noche, no había día donde nos pudiéramos ocultar.
Solo queríamos vivir y avanzar un poquito más.
Juntos buscábamos el sendero para pintar en lienzo y óleos su rostro junto al mío, porque como niños jugábamos sin llorar.
Él, era mi canción.
Yo, era su silencio.
A mí me acogía el viento.
A él, lo anhelaba el mar.
Nada los podía apaciguar.
Ambos gustábamos de amapolas.
Ambos saboreamos cerezas.
Juntitos, inventamos un nuevo aroma. El arte de Amar.