Rima IV

poema de poeta muerto

tan sublime el sabor de tus labios,
recuerdan esas crudas primaveras,
e incluso, los más flameantes inviernos;
no te detengas en este bache amargo,
y vuela lejos -muy lejos- de mí.

pues el otoño hace gran anuncio,
antecede lo inevitable que es la vida;
recuerda las ilusiones rotas,
los -tal vez- de simples mentiras,
o incluso, los amores oscuros,
de esta maldita primavera.

y tu, como aquellas aves voraces,
desgarra mi corazón poco a poco,
desfigura cada parte de su figura,
hazme sentir -o no- la triste verdad.

entonces todo se volverá abrupto,
¡se corroerán las emociones y recuerdos!;
dejarás esta alma aún confundida....
encantada, - complacida -,
deseando desengarzar su pobre corazón.

F.C.T