¡A mi amiga Calavera!

¡A mi amiga Calavera!
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¡Caray que puto agrado el recordar y recordarles a la muerte!,
por mis raíces, por tradición
y por puro pinche gusto que me nace de saber
que vivo a diario a su suerte.
Si, aquella que aprovecha la ocasión
para estamparnos en la cara
que tan frágil y minúscula es la vida;
señora de una lúgubre presencia,
altiva,
"panteonera",
de una enorme oscuridad y con las ganas por chingar
a quienes menos se la esperan;
ansiosa por querer ser compañera de quien sea y lo que sea,
andando siempre y sin retorno al más allá,
donde se avivan los recuerdos,
donde tus muertos o los míos
tan ansiosos nos esperan.
Y no es por nada, pero al final,
estamos atascados de vivir siempre con ella y a su son,
cerca, muy cerquita y a su lado;
al grado de que en vida,
nos provoca que muramos bien cagados de la risa,
la tenemos a un costado al morirnos por amor,
de un bestial aburrimiento,
cuando mueres de alegría o hasta de un maldito espanto,
ni se diga cuando quieres “petatearte” por abrazos
o al igual cuando se muere por el beso de unos labios,
nos morimos de dolor y hasta de llanto,
nos hartamos inclusive de morir en el intento
por aquello que deseamos.
¡Caray que enorme agrado el platicarles de la flaca!,
nos mofamos sin parar de su temible opacidad,
en su cara, en sus huesos,
cerquita de su hueca y esquelética piedad;
nos burlamos al abrir nuestros ojitos
descubriendo un nuevo día,
levantándonos de golpes que propina nuestra vida,
al burlarnos del destino
y ser capaces de encontrar en otros ojos
lo que ella nuestra flaca,
no se atreve a descifrar;
revelar como se irradia mucha vida, pero mucha,
simplemente y en tan solo una mirada.
Nosotros, los de este tiempo,
los de antes, los que vendrán;
estaremos muy gustosos de encontrar a la huesuda,
a esa loca demacrada que de frente le diremos
que hacen falta muchos huevos pa’ llevarnos más allá,
a sus terrenos, su morada,
sus dominios tenebrosos y dejarla ser la guía
de este viaje sin regreso.
¡Ay mi escuálida espantosa de mirada sepulcral!,
grita cuál es el secreto
pa’ largarnos de esta vida y a tu mundo bien contentos,
dinos como lograremos que el recuerdo quede intacto
a pesar de nuestra muerte y esos años venideros;
bendita seas esquelética entidad,
bendito sea tu deseo por quitarnos de esta vida
y salpicarnos de algo eterno.
Ojala y que me suceda que te encuentre muy seguido,
y todo el mundo,
a su hora,
te reciba con un chingo de cariño;
ojala que sí existimos nuevamente,
sea tan solo para verte, amiga muerte,
y nos des tu bendición para vivir eternamente,
siendo dignos de quedarnos en tu mundo de los muertos,
satisfechos,
por lo hecho en esta vida muy a costa de tu infame
y tan fúnebre esqueleto.






Comentarios & Opiniones
Gran placer la lectura, saludos.
Saludo.Interesantes palabras a su "amiga íntima".Un pequeño detalle. Cuando sienta en su lecho, el abrazo frío y pútrido de la muerte, ahí será el crujir de dientes:un soplo tétrico. Gracias.Que siga su entusiasmo poético. Hasta hasta nuevo poema.
Muchas gracias Maria por tu comentario, que enorme gusto saber que disfrutaste leyendo estas letras!!!
Saludos poeta
Como siempre, me siento alagado por sus palabras maestro Artifice de Sueños...Gracias por su tiempo y las palabras de aliento. Tratare de seguir mejorando hasta conseguir escribir algo realmente bueno.
Saludos!!!
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