Mustia malva

poema de Semprol

Marismas de tuétano,
islotes de componentes extracelulares calcificados
pintan inviernos blancos
para Valerius de Saedeleer
en las alforjas
que carga mi salón,
glamurosa pinacoteca
selecta
con suelo pedregoso como de légamo;
invernadero con atisbos de audiencia exterior,
pues pulula interioridad
dos veces
tres, no más.

Alzando la vista poco
un sofá de hematites
rojo sangre
sirve de yacija
para el gato escarlata
que maúlla sin ser visto.

Minerva aguanta su tea
iluminando el gélido espacio
viéndose en el alfarje negro trémulo
como pende una soga,
aquel nylon torcido,
glamuroso
numen del artista.