Donde habita el amor-odio

poema de Semprol

Caminando por el mundo
escuché sollozos,
lamentos...
un llanto
homólogo humano
sobrepasándolo
dado su glorioso olifante etéreo,
melodía para endechas divinas
como cien voces a la vez sonando.

Lazarillo su sonido batahola
camine hacia un lugar misterioso,
y a la vuelta de la esquina
tras mil curvas
encontré sentado aquel ser,
aquel al que los sumerios llamaban
Anunnaki,
llorando abatido por su fracaso
en medio de la nada,
en medio de la angustia.

Apocado me aproximé paulatinamente,
y tras varios pasos entrecortados
con inclinaciones
e interjecciones susurrantes,
tomé asiento
solo a treinta centímetros de distancia,
y contemplé.

La molicie colgaba de sus orejas,
érase corpulento
de complexión atlética,
barbudo
y largo cabello rizado en pequeñas volutas.

Sin más, puse la mano en su trapecio
girando la cabeza hacia mí
dejando las manos amoldadas a su cara,
los codos sobre sus rodillas sin cicatrices;
todo en la misma posición
excepto su tirante cuello
y su faz provecta
surcada por lágrimas secas.

Irguiéndose,
puso su mano izquierda sobre su muslo
mientras la diestra ocupó mi hombro;
su semblante expresaba conmiseración
y dijo:

"Maravillosas son sus intenciones,
veo que el atisbo aun aguarda
bajo una capa de protervidad ignominiosa...

No emplee sus moldeables niveles fónicos,
solo escuche
tranquilo,
relájese y
escuche.

Desuncimos al cordero
honrandole arrobamiento,
capacidad de juicio,
penetración,
transfondo,
memoria.

Tornaba a gigante en los cotejos con la fauna,
conformaba ser régulo del globo
viviendo con su creador
quien nunca desamparó al creado.
Ya lo contaba Hesiodo:
"viviendo en armonía paradisíaca".

Pero se le subió a la cabeza.

El ilustre picacho donde todos convivían
pasó a pertenecer pocos
que erigieron sin autorización
un sumidero del resto,
desencadenando la agonía del amor
y la canícula perversa,
abrasadora
para urdirse mejor que el flujo
enteramente concupiscible.

De esta desgracia
algunos hicieron camino al exilio,
veo que desciendes de allí
donde habita el Amor-Odio,
en la tierra entre cima y base,
base y cima".

Allí nada es lo mismo.