LA MADRE LOCA Y SU HIJO, EL QUE SE MATO.

Mi vecino se mató.
¿Hace cuánto ya?
un año o dos.
Se ahorco
con el cable del mouse,
se sentó y la quedó.
A partir de ahí
su vieja piró.
Camina ida,
le lleva comida
y le prende puchos
en su habitación.
Por las noches,
la luz esta prendida
y desde arriba la luna mira
se ríe y le canta
que transita su condena
por no soltar.

Yo huelo mierda
todo el tiempo.
Está como impregnada
en mi nariz
y me lleva a preguntar
¿Me estaré volviendo loco
como la madre de mi vecino,
el que se mató?
Me pregunto también,
¿Por qué escribo
estos versos
comparándome
con la madre loca y mi vecino,
el que se mató?
Pero la mierda está ahí.
Me recuerda que algo
está sucio,
se está pudriendo.

Ahora que entiendo el aviso
debo discriminar,
¿No?
¿Soy yo
o es mi entorno?
Ambos serán.
Los dos tenemos cosas
que no podemos soltar.
Por las noches,
desde hace un tiempo
me siento solo en la vereda
a pensar.
La luna
a veces brilla,
se ríe y canta,
yo escupo al piso
caliente, ido.
Veo a la vieja loca
que viene tambaleando
vestida con flores
y cargando un chango.
Me ofrece un pucho.
Me dice,
¿Querés?
Se los llevo a Tomi,
a esta hora se pone loco
quiere fumar.
Asiento,
sonrío,
digo:
Mandale un beso y decile
que en estos días caigo.
Entonces seré con ellos,
la madre loca y su hijo,
el que se mató por no olvidar.

Comentarios & Opiniones

María Ángel Russo

Miedo, compasión, son las notas tonales de este poema de "purga", como tú mismo das en llamar tu obra. Muy buena, por cierto, porque eso es crear. Te saludo fraternalmente

Critica: 
Julian A. Sabbatella

Un beso Maria, gracias por leerme y comentar!

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