Poemas de mil desilusiones(6)

No me mires,
no me mires con mi reflejo,
mi voz, mi boca y mis oídos
han dejado de funcionar.

No me mires,
no me mires como si fuera
un ser extraño en un mundo conocido,
tampoco quiero escuchar tus cantos
que resuenan secos,
ni quiero escuchar tus quejidos.

Me inclino piadosamente,
te exclamo fuertemente,
te miro atentamente
con miedo a convertirme en piedra
pero termino siendo sombras y arena.

Rayos se desprenden del cielo,
me ciegan y no puedo verte,
tan brillante e inalcanzable,
me quedo contemplandote,
rezagado de mis intentos de atraparte,
lluvia seca que moja mi cara
y extraño me pone al saber.

La tierra se abre,
me traga su boca,
hacia una oscuridad eterna,
todo quiere cegarme,
todo me quiere lejos de ti,
pero aun rezagado descanso y continúo,
ni la madre naturaleza puede detenerme.

En el abismo de la amistad,
en donde nada sabe más
ni nada sabe menos,
me quedo esperando
a que algún día me veas.

Triste historia que me rodea
con sus manos calidas
calidas de felicidad y tristeza,
agonía y libertad,
esta triste existencia recae
en busca de la presencia divina,
una que ni mil hombres
pueden forjar en su mano,
que ni mil edificios
y ni mil esculturas,
pueden reflejar de esta bella existencia
capaz de hacer sufrir al más fiero,
al mas valiente y al más duro.