El tiempo, la luna mi cama y yo.

No le he hablado a la luna de ti, no porque no quiera, si no porque no es necesario, ella nos vio riendo en las plazas, caminando por calles oscuras, robándonos besos en lugares poco adecuados y prohibidos. Tiempo: tan cómplice nuestro como tan enemigo mío, me enseño a que debí apreciar mas cada momento, cada segundo a tu lado, lo detesto, detesto al tiempo que no quiso pausarse en aquella cuya reconciliación donde yo sabía que seria la ultima vez que nos tendríamos, idiota yo por pedirle algo a eso que llamamos tiempo, algo que solo sabe correr hacia adelante sin detenerse. Cama: querida ooooh cama querida tu eres testigo de mis lujurias y pecados también de las lágrimas que por ella yo he derramado, eres consciente de que aun yo la amo, de que ya no es mía, de que ya no soy de ella, de que el tiempo no nos la traerá de vuelta y desde ya la luna nos vera a los dos pero solo, solitario yo, la mirare a ella.
JUAN RIVAS.