Lo que no dije en voz alta

Lo que no dije en voz alta…
lo fui dejando en el papel,
como quien guarda secretos
en la orilla de su piel.

No eran palabras valientes,
ni frases buscando aplauso,
eran suspiros callados
que pedían su espacio.

A mi madre, nunca le dije
todo lo que aún me habita,
pero escribí cada abrazo
que mi alma necesita.

A ese amor que no volvió,
jamás le rogué de frente,
pero en cada verso mío
supo que seguía presente.

No grité mi cansancio,
ni mi rabia ni mi miedo,
pero en cada línea escrita
dejé arder lo que no puedo.

Y así, fui sanando en letras,
deshilando mi emoción,
porque escribir fue mi modo
de encontrar redención.

Lo que no dije en voz alta…
no se quedó en el olvido,
lo escribí con el alma,
y en el alma sigue vivo.
Josefina Arévalo