Con pasos de ciego
La muchacha mantiene los ojos cerrados por que la luz de las veladoras la ciegan.
-Con las manos en los bolsillos la mira fijamente como si temiera a la oscuridad, pero piensa, al fin podré ver sus hermosos ojos de mar en calma.
Piensas en todo esto mientras sus oídos escuchan el susurro de la falda de la mujer que camina al frente, en medio de la penumbra.
Cierra la puerta al entrar al cuarto, levanta los ojos hacia el techo. Sonríe al pensar que ha bastado con unas palabras tiernas y unos billetes arrugados para convencerla de estar consigo esa noche.
Ella, con cierta sonrisa se sienta en la cama para probar la blandura del colchón, recorre con la mirada el cuarto. Un tapete rojo, un sillón de terciopelo del mismo color del tapete, una lámpara de luz opaca.
Observa un gran espejo ovalado en el techo, justo frente de la cama. Se abren sus grandes ojos café, una sonrisa nerviosa se asoma en sus labios rojos. Contiene la respiración y se pasa la mano por el pelo; toca con ella sus mejillas delgadas.
-Cuando el calor opaca el espejo, él se sorprende repitiendo el nombre de Aura, Aurita.
Después de dos cigarrillos recostado en la cama, mira el reloj y se hace consciente de que el tiempo ha pasado más rápido de lo esperado.
Se compromete a conocerla con más tiempo y menos cautela.
Se despide guiñando el ojo y recorre ese largo pasillo hasta la escalera de caracol que esta al fondo.
Ya en la calle, voltea la cabeza hacia el piso alto, ve a Aura en la ventana de cristales opacos. Sigue caminando con una sonrisa en los labios, en la memoria, así como en la imaginación.
Muchos dirán que aquí no pasa nada, pero en realidad tenemos dos corazones flechados por la necesidad de ser amados…
JoseFercho ZamPer
Comentarios & Opiniones
Descriptiva, humana, posible, una obra que deja ver esa parte donde el amor y la atracción, aparecen unidos y deseosos de continuar una relación más allá de un encuentro casual, un placer la visita, saludos cordiales, buenas noches poeta.