Amor de otoño

Eres el gran amor que me trajo el otoño
aquel de brisa fresca y tenues hojas sueltas,
que revoloteando circulaban revueltas,
mientras coqueteábamos junto a un árbol bisoño.

Tu con tu hermosa risa y con tu bello moño,
con reluciente gracia y miradas resueltas,
y mientras nos amábamos, las hojas daban vueltas
como si celebraran del amor su retoño.

Son tiempos ideales para que estos amores
germinen portentosos como ramos de flores,
en un vergel frondoso ungido de rocío…

Y ese otoño glorioso no sería excepción
al nacer este amor que es la fiel expresión,
de un hermoso romance que crece con buen brío…