PARACAÍDAS
El aire invita a pasearse en el humo
afuera está el sosiego que blasfema
el suelo que golpea los aullidos de los rostros secos
lagrimas sin agua, cierta risa adolorida .
Caen las señales en labios que no se desentierran
hay rutas en cualesquier parte,
y sed, y lluvia,
y humo que se rompe entre pestañas ciegas,
oídos llenos de sucia espuma,
vacíos,
y nubes que se despiertan entre ecos de nadie.
El cuerpo en su unidad estúpida
conjunto lento y torpe
espejo desnudo que canta decepciones.
La noche muerde con su infinito tedio
el viento es pared o jaula
hecha de flores impotentes
negro, blanco, piedras castradas
sangre estallando, noche
respiración que se pudre y asfixia el alma.
Las orillas transparentes de quien se niega
ancho mar sin anclas
escaso
amateur
prófugo
nosotros
ustedes
ellos.
Pero hay un ruido.
Yo no confío en un pájaro muerto.
He llamado provincia a este sueño
el que se pierde en una calle colmada de aritmética
gritos imaginarios, otra vez bostezo
todo es viaje y suspiro.
Ahora, pasos que se detienen
semblantes oxidados
caída
noche estéril
la sombra es sustancia que se ahoga
solo sangre que huye
perfume que se besa
aquella vez
ella
aquella
cascada que danza en la ceniza
mujer como refugio
estatua conmovida
mi voz sangrando aire
algún ruidito mudo se conmueve
como un estrella muerta
en un paracaídas.
Comentarios & Opiniones
Buena obra.
Con su PARACAÍDAS.
Cordial saludo y hasta nueva obra.