Soñé que había muerto

poema de "Joreman"

Soñé que había muerto

Anoche me acosté tembloroso, asustado y muy preocupado
Y me levanté en la madrugada, sudoroso, nervioso y angustiado
Soñé que había muerto y en una bóveda lúgubre me habían enterrado
Nadie fue a mi entierro y desde lo alto, estaba enojado y extrañado

En un cajón de madera angosto, me habían metido, acosado y apretujado
El silencio hacía mella, sin cánticos, ni llantos, por nadie escuchados
En un coche fúnebre destartalado, en un muladar del cementerio fui tirado
Sin dolientes, ni curas, por nadie fui bendecido, ni santiguado

Solo el triste sepulturero, miraba alrededor y se reía ver lo contemplado
Abrió un hueco en la tierra y allí de un jalón, el cajón mortuorio fue triturado y arrugado
Me echó tierra encima y con fuertes ganas, me pisaba todo enojado
Con un palo escribía mi nombre, sin ecos de garabatos, fui anunciado

Allí quedó mi cuerpo desvencijado, podrido y de todos olvidado
Sin lápida, ni flores, ni jardines, por nadie fui extrañado
De nada valieron las guerras y batallas de todo lo luchado
Ni los amores de aquellas mujeres hermosas, sin llantos, ni lágrimas llorado

Solo revoletearon unas cuantas moscas, de mi podredumbre equivocado
Así es la muerte y nadie después de muerto ha regresado
Solo Jesucristo, es el único que ha vuelto y ha resucitado
La vida es un paso hermoso y lo hemos a mis anchas, disfrutado

Después de muertos, para todos somos ajenos y de recuerdos olvidados
De las cosas buenas y malas, de calumnias e insultos soportado
De amores y quereres, de anhelos lejanos sin emociones suspirado
De mis poemas maravillosos, uno que otro, fue narrado y publicado

Ahí les dejo mis pensamientos y todo lo escrito y expresado
El aire arrastra las hojas de mis sentimientos y en un muladar fueron abandonados
Mi espíritu vuela por los vericuetos del infinito acariciado
La vida esplendorosa, la gocé con risas y alegrías, del ser maravillado
No queda sino despedirme de éste sueño horrible, el canto del gallo, me ha despertado

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga enero 15-2020