UN DÍA MÁS EN PARÍS

Un día más en París,
con un poco de aguacero,
es cierto,
pero tal vez tan sólo fue un verso,
o quizás fueron espejismos,
fotomontajes, imágenes editadas,
o parte de un chip incrustado en mi memoria
que me hace recordar que anduve allí
en el museo de Louvre
admirando a la Venus de Milo,
Afrodita,
a la Gioconda, Mona Lisa,
o tocando mágicamente su Pirámide,
y lo más importante
sintiendo caer las mismas gotas
del aguacero aquel Vallejiano,
las mismas gotas de lágrimas
de alegría y de tristeza,
las mismas ganas de quedarse plantado
en pleno verso.
Hoy en la distancia,
cuando me doy cuenta que fenezco
de vida más no de tiempo,
cuando descubro que vivo despidiéndome
más no dando bienvenidas,
abrazo
no al primer hombre,
sino al último de la fila,
a aquél que nunca le importó la clase,
al que jamás quiso salir en la foto,
al que nunca se afeitó,
acicaló al extremo,
no sólo por pobreza material,
sino por riqueza espiritual,
al desvalido,
desplazado por la vida,
aquél que por muchos intentos que hizo
no pudo levantarse.
Le doy una palmada en el hombro,
se resiste a venir,
pero cual zombi viene,
y le doy un espaldarazo emocionado,
qué más da, emocionado.

JCR, 4 de marzo de 2023