Poema de la angustia 3
poema de jongan
La paz surge de un sol radiante.
Albor de graznido cristalino
Con pasos de seda el caminante
Vuela el paraíso vespertino.
A las orillas del éter ardiente
un relámpago hacia mi tez vino.
Desperté en un mundo contingente,
el camino ya no era divino.
Los fugaces destellos de la vida
son arrinconados en el recuerdo.
La ilusión que no está pérdida
Es la razón del que nunca olvida,
que a pesar de que es limitado,
el resplandor rara vez se oxida.
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