Amar sin final

Si no llega a ocurrir un milagro que haga que te enamores de mí, después de ésta vida, te esperaré y me declararé también en la eternidad. Es que tengo la convicción de que mi amor por ti no es pasajero, perdurará más allá de la carnalidad. Luego de haberte amado tanto tiempo en secreto, por fin me animé y personalmente te lo confesé. Tú me dijiste que no sentías lo mismo por mí. Desanimado, pero respetando tus sentimientos, lo acepté y me marché. Aún recuerdo esa noche sombría, toda la angustia y frustración que sentí. Llegué a mi casa y en mi cuarto me encerré, desconsoladamente lloré. Ahora que ya transcurrieron unos meses de esa conversación, puedo admitir que estoy bastante recuperado. Pero lo que siento por tí, no se ha apagado, sigo profundamente enamorado. No hay otra mujer que me apasione. Busqué y busqué, pero fué imposible encontrar otra musa que me inspire. Aún sabiendo que no sientes absolutamente nada por mí, yo sigo escribiendo poesías en tu nombre. Entre papeles me desahogo, te digo que te amo y tú me correspondes en mis fantasías, te fascina que sea tu hombre. Y a pesar de que todo eso es ficticio, me sirve de consuelo, hasta me brinda fortaleza y también me da la esperanza de que un día leas un verso y te estremezca. Tal vez en tu corazón hay una semilla seca necesitando de una lluvia para que florezca. Quizás una prosa mía provoca que una bella flor en tu interior crezca. Soy conciente de que puedo ser el chico más romántico del mundo, poseer amor genuino y hasta conceder varios de tus caprichos, ser un excelente amante y esposo, que si no somos correspondidos, con nada te podré conquistar. Yo lo sé muy bien, los que no entienden son mis sentimientos, no te dejan de amar. Mis ojos no te dejan de admirar. Es un deleite alucinante el que te pueda contemplar. Si bien me encuentro bastante lastimado y yo mismo suelo provocar la abertura de la herida por recordar ese momento, paradójicamente tu existencia es lo que me hace sobrevivir. Es como que no le doy importancia al sufrimiento porque la gratitud que siento por conocerte es mucho más gigante y gratificante, y por eso a pesar de convivir en un caos, el que estés aquí es lo que me hace resistir. Tal vez en el destino esté escrito que más adelante te enamorarás de mí. Solamente tengo que ser paciente, pero ¿cómo? Si ya llevo años enamorado de ti. Estoy envejeciendo y la atracción hacia ti, se va potenciando. Tu ignorancia permanece al igual que mi amor que prevalece. Yo no opté por tener esta vida, no elegí amarte, pero lo tengo que asumir. Aunque lo más doloroso no es amar sin ser amado sino el no poder exponerlo ante la sociedad. En momentos de desespero, cuando ya era insoportable el mantenerlo oculto, desnudé mi alma y lo que recibí fué frialdad. Me encantaría que el mundo sepa que la amo, ya que es mi necesidad. Pero al confesar un amor puro, me atacan sin piedad. Es motivo de burla que uno se enamore de alguien que ni siquiera nos responde al saludo. Y el explicar es en vano, ya que se mantienen en su pensamiento testarudo. Aunque por ahí un día sucede esa maravilla de lo impensado, ella se para frente a mí luciendo una magnífica sonrisa y me dice que me ama, logrando conmover a mi alma. Pero si nada ocurre entre nosotros, la esperaré en algún lugar del inmenso universo porque mi amor sencillamente no tiene fin...