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Espumas son del mar
caricias son de hada.

Aparecen dormidas
en noches estrelladas,
todas aquellas sombras
que el viento las traspasa,
y en un anochecer
se apagan las miradas,
que en el amanecer
la luz del sol halaga.

Colores que atraviesan
las losas más pesadas,
espacios que recrean
aquellos que los aman,
como si hubiera cal
encima de una llaga,
cual blanco resplandor
que su color ampara.

Bien puede suceder,
en ver lo que no pasa
desde un atardecer,
que el humo fue una brasa.

El cielo es solo un sueño
con brillantes alhajas,
no esperes más de mí
que aquí no tengo nada,
quizá en el más allá
te entregue oro y plata,
y encuentre el placer
en aquello que basta,
para hacerme reír
de aquello que se escapa.

Nos basta conocer
con solo una mirada,
aquel que sin querer
al pasado nos ata.

Cuando crece la duda
sufre quien nos delata,
como gana la bruma
a la fría mortaja,
y se desliza suave
una lagrima laxa,
en pálida mejilla
donde la luz no alcanza,
en el amanecer
tímidamente halla,
un frío despertar
de quien otorga y calla.

1/3/15 j.ll.folch
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