La Despedida

A tenue luz de mí traslúcida vida,
el mundo sin fin se cristaliza,
dejando junto a mí una plácida nostalgia
y un angosto camino de epifanía.

A tenue luz de mí traslúcida vida,
las frías y elegantes gotas de lluvia
caen gentilmente sobre el arco de tu mejilla,
escondiendo aquel sendero de profunda melancolía.

A tenue luz de mí traslúcida vida,
las aves callan ante mí débil presencia
y los trajes de negro cubren con tristeza
claveles blancos ante mí etérea existencia.

A tenue luz de mí traslúcida vida,
el frió abrazador envuelve con ternura
los cuerpos helados por la amargura,
que callan para despedirse de esta débil figura.