Tarde de boda
poema de Mr. Smithson
Mi poema se rasga en las gotas del frío…
Desvanece, y la musa; que se pierde al jazmín
ya despeja tu boca con estrellas de estío
y reboza el castaño la gerbera carmín.
Con naranjas finales sólo espero el cantío
de fogosas nevadas recorrer el tarquín
donde me hundo labrando un milagro tardío
contagiado de nubes tal sudario en Turín.
Dando tiempo, la plata con sonidos del norte
al dolor da silencio, al destino el exhorte
y al bufón de su trono lo carcome su luto.
Arrebol imponente ¿¡Cómo quieres que llore!?
Si desnudo sus tules, y al oído le añore
el altar sin respuesta con un filo impoluto.
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