Tienda de disfraces
Trabajo en una tienda de disfraces,
de lunes a lunes y en febreros,
experto en camuflar y fingir,
soy tan tonto que trabajo hasta en navidad.
Las máscaras que vendo triunfan,
nadie sabe cuando voy con ropa de trabajo.
A veces me cuesta separar el disfraz,
y otras veces me lo pongo muy rápido.
Odio y amo mi trabajo, es cómodo,
la gente piensa que me engaña,
pero soy maestro en cazar disfraces ajenos
en pieles, que han llorado a gritos.
A veces llevo el disfraz de payaso,
aunque sea un pescador sin sirena.
A veces voy de abogado confiado,
aunque sea un preso que ve su última luna.
A veces voy de padre orgulloso,
aunque sea un mendigo que suplica besos.
Quizás cierre la tienda algún día,
llevar el disfraz agota.
Esperaré a un carnaval donde
el disfraz más puro sea el de nuestros cuerpos.
Comentarios & Opiniones
Joelfortunato muchísimas gracias por todos sus comentarios, es un verdadero honor que disfrute de mis poemas.