Tercer viaje por Mademoiselle Guimauve

poema de Jesús Ávila

“Ohne dich zähl' ich die Stunden.
Mit dir stehen die sekunde…”

Y vendrán los momentos como turbas avasallantes, como regodeos intensos, como sin fines de vaivenes, serán sufridos o gozados y todo seguirá estando donde estaba.
Vendrá ella para arrancarme la calma, con una palabra o un gesto. Vendrá para atormentarme por las noches de forma inconsciente. Vendrá para despedazarme el alma y sufriré su belleza.
Pasaran lentas las horas en mis engranes, y el frio se esparcirá por mis poros, bañándome en su cristalina capa de desesperación. Ella no sabrá que me está matando.
Tal vez dejare de hablar como profeta, tal vez asimile el tacto instantáneo, sepa que mi ruina se sobrelleva en el ahora, que no hay nada que pueda hacer, que es un placer mi desgracia, que es la mejor de las catástrofes.
Somos como dos mundos errantes, como dos cuerpos que vagan en un espacio basto y vacio, esperando una colisión nefasta. Somos formaciones celestes bailando un bolero desabrido, disfrutando al máximo el placer de estar en este preciso momento.
No se debe confundir la melancolía persistente en cada una de las creaciones, no es tristeza lo que abunda en mi ambiente, al contrario, soy tremendamente dichoso, pero en lo profundo de mi reseco ser existe la duda, como en todo ente inseguro.
Tal vez estoy soñando y no soy yo quien corre por sus pensamientos nocturnos, tal vez estoy siendo engañado por algo que es demasiado perfecto para ser, o solo soy un estúpido por dudar y no disfrutar de esto…
Y si las profecías miserables se cumplen y debo despertar de un sueño donde he encontrado lo que tanto he buscado, al menos quiero disfrutar del abrazo de Hipnos.
Pero el hecho es que tengo miedo. Estoy aterrado de perder algo que no me pertenece, que nunca ha sido mío, estoy espantado de que se vaya de mi llevándose consigo gran parte de mi ser.