Carta desesperada a mi amada Rocío

Carta desesperada a mi amada Rocío.

En ninguna parte a, cualquier día, de cualquier mes, de cualquier año.

La tristeza tiene nombre,
mi amor, Rocío.
El Universo se ha parado.
Los pájaros ya no cantan,
el Sol se ha puesto definitivamente
y todo es penumbra y oscuridad.

El amanecer de tu sonrisa se ha congelado en la foto que venero cada día.
La música de tu voz calló para siempre.
El ballet de tu cuerpo al caminar se detuvo.
La vida se torno muerte,
y la muerte en mi vida.

Ya no entiendo el lenguaje,
no valen diccionarios,
ni interpretaciones,
ya nada es igual, sin ti.

Solo formulo preguntas,
¿Por qué?,
¿Para qué?
¿Cuándo?
¿Hasta cuando? ……………………….

Los colores se restaron,
solo el negro tiene sentido.
La luz se esfumo,
tus pinceles te buscan cada día,
tu amor por los demás esta huérfano,
tus inquietudes vagan buscando a su reina,
tu elegancia se recluyo en la clausura de la desesperación.

Los que te queremos,
esperaremos hasta el fin de nuestros tiempos,
y en el mas allá si es necesario,
solo queda la ilusionada espera del reencuentro.

Lo llenaste todo
y ahora en mi estupidez mortal
todo es vació,
indefinición,
desconcierto
y soledad,
la infinita soledad del amor que eternamente no puede se correspondido,
el platonismo infinito.
¿Como se resolverá este macabro rompecabezas?
La solución es tan etérea y delicada como tu, mi vida.

Tu eres mi vida y ya no estas,
luego ya no vivo,
solo respiro, como y duermo,
y sufro,
y sufro porque una ceguera cruel
me impide verte,
una sordera infame
me impide oírte,
y un hacha de impotencia
me amputo las manos para acariciarte.

Ya no me sirven los sentidos,
porque tu eras el único sentido que necesitaba,
el sentido de mi vida.

Solo me queda amarte y hacerlo
te hace renacer cada instante en mi corazón.

Hasta siempre pequeña golondrina,
cada vez que puedas quítame una espina
de la corona que Dios ha puesto sobre mi cabeza para el resto de mis días.

Te quiero cielo,
mi preciosa ninfa de la mañana,
siempre estaré ansioso
en la espera desesperada
de que me des la señal para darte el abrazo eterno.

Siempre tuyo y tu siempre mía,
por los siglos de los siglos.

Javier