LO QUE PUEDO VER CUANDO PRESTO DEMASIADA ATENCIÓN EN MI PERSONA

Es común hallarlo haciendo estupideces;
hablándole a un gato,
escribiendo una sarta de mentiras,
sentándose en el parque a ver pasar las personas,
enamorándose.
Tal vez esta última es la más grande de las estupideces...
El tipo suele recordarla,
la añade a cada situación vivida,
entonces ella está presente
mientras desayuna tristemente,
cuando abraza el dolor de una tarde gris
y las manos se le llenan de tierra
y los ojos de nubes
porque va a llover.
Es común hallarlo haciendo estupideces;
acariciando el viento,
perdiéndose entre las lágrimas de una noche solitaria,
deshojando su vida,
una existencia carente de colores
y pétalos que el tipo no ha sabido llevar,
pero ¿Quién soy para juzgarlo?
A veces hace poemas,
nada fuera de lo normal,
ideas vagas que no llegarán a ninguna parte,
pero que tiene que expulsar de su cabeza
antes de que exploten.
El tipo no es nada especial
ya he dicho,
uno setenta y cinco,
cabello negro rizado,
ojos oscuros,
el tipo es una colección de rasgos comunes
se parece a vos cuando llorás,
se parece a vos cuando lo intentás y fracasás...

Es común hallarlo haciendo estupideces,
pero el tipo sigue con vida,
porque aunque escriba mal,
lleve unos días malos,
arrastre penas y malos amigos,
el tipo no se rinde y va de frente,
porque todos sus errores son corregibles,
excepto, claro está,
la única estupidez, considerablemente importante del tipo:
enamorarse.