Estado de coma consciente

El pecho me quiere reventar al ver una imagen de aquellas sinfónicas pupilas que repintan el borde de mis grietas, el paraíso se volvió acantilado, en una simple devoradora noche, donde ya nadie rebusca en la tristeza para encontrarme la felicidad, ya ni siquiera compró sus caras tristes, para regalarle la revolución que se postraba en sus labios secos, solo vendo mi anarquía para deshacerme de todo esto que me recuerda su olor a maravilla, y robo cada sonrisa falsa para colgarmela de corbata y salir a la vida sin que me estalle la mordaza que le tengo al recuerdo, ahora solo me quedan las ganas de explicar que no quería sus sábados libres, ni su panacea para unir el alma, solo quería 10 minutos del circo de sus fantasías para el cual ya no hay boletos, pero solo tengo este momento en el que escribo en prosa, porque no hay verso que logre atrapar todo este despojó de pasión hervida con toda la sangre de mis venas, nada más queda recoger el dormitar roto, los viejos poemas y empezar a vivir en un casi estado de coma consciente.