Agridulce interzona

Abandoné todo aquel súbito intersticio
del cual nos unía un claro halo persecutor
designado solo a ciertos mártires incubados
para llegar saturados hasta el clandestino suburbio
donde se esconden las hermosas almas desahuciadas
que prosperan fuera de todo espectro psicomotor

Engendrando iconos indivisibles
de una sociedad expectante
reconozco ese rostro que fue de un amigo,
sobre el polen pulverizado
se acallan los miedos y las ansias más mortales
en transición hacia el sueño osmótico
mientras la mediación del oblicuo frenesí
es la que desea prevalecer
sobre el núcleo de la ciudad,
el amor después del amor
el miedo después del miedo
el placer después del placer
el pecado después del pecado,
son otro contenedor de efímeras entradas subyugadas

Evocando tu rol prístino
te culparé de mi vergüenza
envuelto en un aroma de misterio embaucado,
inmanente inveterado
veo a Dios quemarse en silencio
en cada esquina que ignoras
mientras cantan las voces del desperdicio ambulante,
oh gentío apabullante
he escuchado tantas mentiras elaboradas
para solo pronunciar renegadas verdades descuartizadas
mientras expira aquel bardo primogénito celular

Esperando por alguien que me mostro el camino
fui coronado en un baldío claroscuro
dudando de tu culpa y la de aquellos verdugos
sumergidos en el nacimiento y el ocaso
de muchos que han sido aprisionados en voluntad
y de otros tantos que han escapado de la forma más dulce
revistiéndose de alguien que nunca saldrá

Orquídea que desprendes la tentativa hiel alusiva,
fui forzado a perseguirte para no abandonarte
por corroídos callejones sin ley
adheridos a ecos de testigos diluidos en la aurora,
intenté desaparecer en el momento exacto
esperando por la próxima hora prima
que reanima el metabólico desenlace
de los cuerpos que purgan el encuentro salvaje,
oh prolijo espejo iridiscente
sabes que la juventud se mide por temporadas
así como los estacionarios frutos
y las enigmáticas flores hermafroditas depuradas

Amante de áticas pulsaciones
no cederé ante el dolor ni ante la locura
porque no quiero depender de su conformidad monitora,
profeta que invitas a soñar a la intemperie desintegrada
te has elevado por encima de este mundo estéril y dominante,
bajo una segunda piel de erótica fragancia consumida
nos dices a todos: «soy el orgullo de todos esos desertores
que han rechazado más de una vez las delicias agobiantes
para no volver y sedar necesidades de una sociedad desfragmentada...»