Poema de la Muerte

Violines escucho en mi cabeza, no paran
esos mismos que en la mañana me despertaron de golpe
no han repetido nada, ni una nota.

Me ponen nervioso, me asustan,
porque son únicos
son ellos y nadie más mi compañía,
no les he hablado, no han callado.

La tinta se pone permanente, tampoco para,
se vuelve roja, parece sangre
esa como la de mi corazón,
¿escribo con tinta, o con sangre?

Vampiros en mi puerta, dicen que están sedientos,
no tengo nada para ofrecerles,
ya no me queda nada, todo se ha gastado
la sangre con la que he escrito, se ha terminado.

Sueños rotos, pero cumplidos viajan a mi memoria...
se callan los violines, los vampiros se marchan,
pero el poema que he escrito está ahí,
con mi sangre, vive gracias a mi sangre,
mi poema vivirá mas yo moriré.

No oí a los violines claramente,
no divisé cuantos vampiros se marcharon molestos,
no calculé cuánta sangre había dentro de mi,
por ende muero, aquí y ahora.

Mi cuerpo será alimento del oxígeno,
mi espíritu, quizá renacerá, tal vez no.
Mi alma quedará para que oiga a los violines
y le sea de compañía a los vampiros,
donde quiera que vivan.

Comentarios & Opiniones

Joelfortunato

Saludos. Interesante obra con su especial tema. Un gusto de lectura.

Critica: 
Ignacio Plané Acuña

Gracias Joel.

Critica: