"Glosa del caminante"

"Glosa del caminante"

Si es tu empíreo luminoso,
en lontananza casi infinito,
con un rumor suave y exquisito,
que arrulló tu primer sollozo
y de noche es suerte de acre gozo,
donde se avivan tus querellas,
y queriendo atrapar estrellas,
desilusionado te halla tu destino
al mirar hacia atrás en tu camino,
caminante, son tus huellas.

No conoce calma tu ímpetu peregrino,
ni de tranqueras las elegidas sendas,
pero ya es tiempo de que aprendas,
así las nubes tapen el sol matutino,
no negareis de lejana ave su trino
pues es tu aventura un sueño tenaz,
que no habrá de repetirse jamás,
agua pasada por noria en la rueda,
y de tu odisea solo te queda
el camino y nada más.

Y si tu paso se torna presuroso
hacia postas y conquistas
que aunque no estén a la vista,
sé cauto y cesad lo ansioso
que el mundo es todavía hermoso,
sólo obtendrás un genio cansino,
la vida es tal cual un laberinto,
a cada quien un destino distinto,
cesad también de ser ladino,
caminante, no hay camino.

Mientras tengáis más urgencia
por salir del artificio de Dédalo
será como vagar por un médano,
desorientado sin conciencia
por la falta de útil paciencia;
permite a tu ingenio inventar
y con tu pericia te ha de llevar
a la ansiada y acertada meta
como lo escribió el poeta:
se hace camino al andar.

Y ya que hablé de diáspora y de caminantes, no quise quedar en deuda al hacer mención a una hermosa obra de uno de los más excelsos poetas españoles, a quién como un sentido homenaje esta glosa bajo la orientación de sus versos, le dediqué:
Caminante, son tus huellas, el camino y nada más,
caminante, no hay camino, se hace camino al andar… - Antonio Machado
Cuando escribí esta glosa no sospechaba al término que llegarían las familias venezolanas de abandonar este hermoso país por millones en penosa diáspora por las carreteras de sudamérica.

Cortina musical: Instrumental - Jean Claude Bovary - "Éxodus"