Al fondo del ser
Cuando espero y los vientos hablan,
me sumerjo en los misterios
que de pronto seducen mi alma.
En el cielo o en el mar
la respuesta ¿Dónde está?
Certeza, es que mi amor existe
y donde ella se puede hallar.
Temor, es perderme y olvidarme
en el bosque mucilaginoso del amor.
Me robaron mi armadura
y mi espada la empeñé,
el clima no me trata con dulzura
en lo oscuro me enfermé.
En eso profundo llamado amargura
decidí lanzarme sin temor.
Piratas muertos y barcos encallados
se abrigan del silencio acechador.
A lo lejos, de pronto
una luz en el interior,
señala lo escondido por temor.
Y no es que sea tonto;
no señor, soy yo mismo
entregándome una flor.
Me sujeto a mis brazos
y mi cuerpo a sus afectos
los designios no son dados
ni tampoco son perfectos.
Comentarios & Opiniones
Saludo . Interesante poema. Y en verdad no se trata de conquistar el mundo, mejor es la purificación y esplendor del templo interior, a partir de ahí lo demás es por añadidura. Deseando que siga su buena inspiración, hasta nueva publicación.