Oh alma, alcanzar, bien común

poema de Natalao

Oh alma, que te encuentras en los deberes de la vida,
dejándome libre para errar,
hacia los placeres ante el exterior,
al aferrarme a los objetos, a acciones de los sentidos.
Oh alma, concentrado en sí mismo, inmutable y estacionado,
en la propia divinidad e identidad,
que discrimina la intuición,
desde la inteligencia, por oponerme al alma inferior.
Alcanzar la suprema devoción, al conocer la verdad,
al saber que dios gobierna el mundo,
entendiendo a la naturaleza divina, como única sustancia universal,
el agua que representa al Señor Padre.
Oh alma, te percibo como el perfume, que acompaña una flor,
espejo de una parte de los cielos,
voluntad de la omnipotencia,
del tiempo y el espacio, procedente de la magia maya.
Oh alma, siendo error la creación del mundo,
mundo el insensato,
que recuerda a tu ser luminoso,
como ese instructor que peregrina por el mundo
Alcanzar la suprema devoción,
donde todos los seres humanos y animales,
se ven forzados a hacer una entrada y salida,
en el escenario tierra,
teatro evanescente que es la vida,
siendo la naturaleza el alma que gobierna la maya del universo.
Oh alma, esencia divina representada por velo,
aspiración de la liberación, intención pura para servir como instructor,
plegaria y practica que medita,
en la ilusión ilimitada.
Bien común, alma, sé inteligente,
al observar los fenómenos del mundo,
discerniendo entre lo real y lo irreal,
para desapegarse de la realidad.
Oh alma, que despliega la imaginación,
para preservar el alma de la ilusión,
penetrada en la pureza,
presencia de Dios entre el universo desplegado en la luna.
Oh alma, espíritu divino,
ápice de error, no sometas vuestras almas en el sufrimiento,
sino en la felicidad eterna y serenidad,
mostrada en el vestido externo del cielo, con el algodón de las nubes.
Bien común, libérate del hábito de tus deseos,
para limpiar los ojos de la afección ilusoria,
para liberar las obsesivas inquietudes,
sabiduría que argumenta el alma dormida.
Oh alma, palabra que instila la verdad percibida,
como resplandor divino,
del inmóvil vacío,
de todas las cosas.
Oh alma, tus palabras son oscuras,
al no comprender lo que dices,
así como la luz es producto de la luz,
el trigo por el trigo.
Oh alma, inteligente,
contemplar la luz trascendente,
que vislumbra con claridad,
los océanos de las verdades espirituales.
Alcanzar la suprema devoción, de los placeres sensoriales,
me enseña a entrever,
que todo penetra en él,
maravillado ilimitado tiempo y espacio.
Oh alma, autocontrola en la calma,
las verdades espirituales,
establece en los accidentes exteriores,
la luz de la verdad que reside en ella.
Oh alma, progresa antes de que pueda comprenderlo,
trayendo la alegría al alma,
con la existencia del supremo,
que me invita a renunciar al apego.
Alcanzar la suprema devoción, que el desapego sirve,
a ser simple de espíritu,
pasando de un cuerpo a otro,
de encarnación en encarnación,
como el vuelo de los pájaros que se posan en los árboles.
Oh alma, deshacerte de todo deseo terrenal,
consagra al santo que da luz,
meditando en el maestro intangible,
que desdeña a lo visible.
Soledad, de almas, que son felices,
mientras esperan la calma en sí mismas,
al ver las cualidades de las cosas,
como algo distinto al espíritu.
Oh alma, goza de tu paz serena,
esclareciendo al activo mundo,
desde el sabio que ilumina,con serenidad inundable.
Oh alma, que respira la paz,
porque ha liberado los temores,
colocando en reposo los deseos y aflicciones,
que dominan el sentido del egoísmo.
Alcanzar la suprema devoción, en la soledad selvática,
del olivo de verde,
en la apaciguada entrega,
que le invita a mirar su espíritu.
Oh alma, divina, que manifiesta al mundo,
la paz exterior, al enviar gratitud a la interior,
virtud que considera al mundo
algo inseparable de dios.
Guarda, al alma, que contempla el interior,
en la calma que él se desarrolla,
en el transcurso del mundo que sonríe,
a pesar de las vicisitudes que llevan a la perfección suprema.
Guarda, al alma, el silencio, que, para Dios,
es remedio que cura el error,
medio que te lleva a lograr la paz,
trayendo consigo el baile de la calma.Oh alma, que invitaste a germinar,
los anhelos que se manifiestan en los océanos de las olas,
liberando la serenidad, al romper
la calma coloreándola con serenidad.
Oh alma, que increíble descubrir el cielo y el océano,
que, junto al sol, envía luz,
a tu alumbrado intelecto,
liberando el elefante de tu alma.
Llueve, llueve, alma,
colores que, en gotas celestiales,
exclama agua,
emociones que se sanan al saltar los miedos.
Oh alma, es que el mundo, con su gran cuerpo,
es una rueda, que viene acompañada,
de un círculo, con eje, que pega al corazón del que vive,
rotando en esfuerzo del tiempo, en la órbita de la ilusión.
Oh alma, la ilusión que me abraza, mientras evito,
exponerme a la dificultad del mundo,
como recipiente prisionero,
de la mente recipiente.
Vuela alma, sal y libera,
el aire que aprisionas,
al evitar la niebla de los deseos,
como el cielo cubierto de algodones arcoíris.Oh alma, inevitable sentido del placer,
cuando me extingo, entre la pasión,
que volcó mis labios consumados,
en un desenfrenado aliento.
Oh alma, alcánzame, en las cosas terrenas,
que atrapan la indiferencia del mundo,
cuando tu acción duerme,
en la conciencia del amor finito.
Alcánzame alma, oh alma, despierta,
piensa en ti mismo, que eres todo y uno,
con el sabor celeste,
de las luces que resplandecen del sol.
Oh alma, inmortal, afila la razón del árbol,
que siembra la esperanza,
al desbrozar las hojas del deseo,
devorando la palabra que ha separado a la humanidad.
Oh alma, encuentra la omnipotencia del espíritu finito,
hilo que percibe la comprensión de los mundos,
en las ondas de la razón que experimenta la tierra,
compasión del sabio que ama al otro como sí.
Oh alma, que ignoran, por predicar en el mundo,
la realidad e irrealidad, mirándote como un loco,por no entender los otros, la capacidad que llevas,
en convicción de la inteligencia que se comparte como única.
Alcanzar la suprema devoción, la conciencia y la verdad,
es entender que el ser,
es natural, inmaculado de paz,
en constante serenidad.
Oh alma, mía, que, en la noche oscura,
haces brillar las estrellas,
de aquellas superficies, de las aguas puras,
que emergen fenómenos al salir y volver.
Oh alma, mía, que brotaste la voluntad divina,
para despertar la inteligencia,
que estaba perdida,
entre la liberación y salvación de la verdad divina.
Alcanzar la suprema devoción, poder de tus virtudes,
cuando me enseñas a cambiar los males en bien,
y entre el largo caminar del estado presente,
tener un ser de prosperar, al desembarazar al mundo.
Oh alma, renuncia del servicio consagrado,
que la luna me contesta, mientras alcanzo sin prisa,
la eternidad que preserva mi aliento,
en una vejez al bien común de los que en mí habitan.Oh alma, que a trascender me invitas,
para comprobar lo cierto que se encuentra en todo,
esfuerzo necesario que acompaña, una flor,
al abrir el corazón, para destruir los engaños.
Alcanzar la suprema devoción, al apartar los pensamientos de los objetos,
abandonando la loca confianza,
de los fenómenos tangibles,
permaneciente en la conciencia, para convertirme en el amor finito.
Oh alma, te encontré borrada, en las cosas deseables,
que no lo fueron nunca,
para encontrar la paz y la gracia,
que traspasan el cielo.
Oh alma, me has entregado,
la serenidad loca, de las semillas del árbol,
el corazón que brinca y no encuentra tener reposo,
sacude y zarandea con sus brincos los deseos.
Alcanzar la suprema devoción, que me atrajiste con tu colorido aroma,
arcoíris de flores que disipaban en la aurora,
abriendo el jardín de un paraíso,
que examina la consciencia.Oh alma, has dado los pasos,
para renovar el viento,
que embalsama con perfumes
las flores que sopla.
Corre, corre, alma, que los sentidos interiores,
han llegado, para estimular, los órganos exteriores de los sentidos,
uniendo en una dualidad a la voluntad y la acción,
que vinieron a pasear, al bien amado.
Corre, corre, alma, que recomiendan dominar la paz,
en sí mismos, para liberar, la verdadera felicidad,
seduciendo el escenario mágico maya,
encontrando a la consciencia del mundo.
Corre, corre, alma, que apareció,
la ignorancia, como causa y efecto, de una simple idea,
de nuestras acciones, disociando,
el deleite de la unidad.
Oh alma, adora siempre al verdadero misericordioso,
al finito amor, que permanece en la paz, dando paz a todos,
la nada del mundo, que distrae las pasiones que atraviesa los sentidos,
observando al mundo como una visión de su sueño.Oh alma, inmensa felicidad al ver a dios, descendiendo,
a su propio sí, parece el describir con palabras,
la unidad entre el cielo y la tierra,
otorgando el conocimiento espiritual.
Alcanzar la suprema devoción, te vistió de árbol,
planta trepadora por sus acciones,
creando un mundo, por nuestra imaginación,
todos los cuerpos, pertenecen a la única esencia.
Oh alma, te disuelves en la existencia finita del amor,
que permanece en sí, sin reconocer su propio cambio,
presencia que brota de las dulces gotas de alegría,
formando la felicidad que ofrece, las flores y el agua presentes.
Oh alma, soy puro e iluminado,
cuando mi corazón descansa,
cuando reposa, con el santo espíritu,
que desenreda las trampas de la mente,
liberando al corazón de las redes del egoísmo.
Adorar, adorar, a la divina serenidad dentro de sí,
extiende sobre el corazón la compasión apaciguada,
del bien común de todos los seres vivos, la salvación del universo,
dejando de pensar en ti mismo.Todo es el uno universal, adoración al espíritu supremo,
servir al señor, dilatando el corazón,
inundándole de la luz del sol, la bóveda celeste,
devoción elevada con el habito de la calma.
Contempla la naturaleza, alma, para que corrijas,
los errores de tu alma, intranquila,
al ser feliz, sirviendo con un corazón ligero,
que guarda silencio en sí.
Oh alma, fija la comprensión,
la luz, origen y fuente de todas las cosas,
concentrándote en la paz, que Dios deposita al corazón,
cuando se libran de las cargas e inquietudes del mundo.
Oh alma, si posees el estar contento,
donde quiera que estés,
siempre te encontraras en tu casa,
enamorado de cualquier servicio.