Su imagen cada día

Cada día, se va…
Las manecillas huyen unas tras otras
En circulares ritmos
En efímeras vueltas en sus propias huellas fantasmas.

Tan aunadas la pobreza y la agonía
Extrayendo la melancolía en los retoños de alegría
De esos años, de los sueños sepultados
De aquella realidad desfigurada en una poesía sin versos recitados.

Cada día marcha por el camino del tiempo del olvido
Una brecha intransitable por los pasos de la memoria
Una imagen enmascarada con los encajes de sollozos
Borrando el rastro de las horas de su ausencia.

Cada día se desvanece entre silenciosos instantes
Cada segundo ha de ir muriendo en las horas
Y en el transito de estas calles, no te puedo encontrar
Un ritmo del tiempo del acontecer.

¡ Es ya tarde!, alguien al paso
Y yo aún aquí,
Observando el reloj, una vuelta más
Y no te puedo encontrar.
Oh, dulce tono del corazón
Guías la ilusión por la trocha de realidad
Un camino de ensueños
Hacia el delirio de sus labios.

Cada día, se va
Me pregunto… ¿Dónde estas?
Soportar la agonía en lo imposible
Más allá del mar etéreo
Negras palabras danzaran en sus ojos
Encontrándome en el profundo sueño
Para despertar en el vacío la ilusión
La ilusión, de un amanecer aferrado a ti.
2014-10-06
Andrés Castro.

Dedicado A Neida Cordoba Lujan