Soledad (editado)

poema de Gui

El rostro sereno de una mujer
me mira.
Sus ojos tienen la piedad que necesito,
y sus labios, quizá, el amor que yo deshecho.
No me siento invitado a ese amor,
extraño para mí.
Pero es demasiado bella como para no comprender
que sus pequeños senos me atraen.
(Una belleza que no se atenúa con la hondura de sus ojos.)
Suenan hermosas sus palabras:
la historia de cuando era niña y jugaba
en el patio con una perrita
que un día fugó y enseguida se hizo invierno en su alma.
La tardecita cubría de marrón intenso los muebles,
y ella lloró durante años en aquel cuarto.
Allí,
en ese lejano idilio de la infancia,
nos encontramos los dos,
como pájaros usurpados
por la misma herida.

Comentarios & Opiniones

Yan

Saludos mi querido Guillermo. Buen versar, brillante pluma. Un placer leerte. Besos con cariño.

Critica: