De todos estos inefables actos,
y también de esta huella perseguida,
no ha quedado más que un repartirme entre arenas.
Tocando bocas errabundas entraré a profesar mi miseria.
Acaso un colosal pedido de auxilio
sea como un rayo que termine candente en mitad de mi pecho.
Comentarios & Opiniones
Sábes, realmente me sonó a un llamado de auxilio, toma todo con calma. Me ha gustado mucho tu poema porque en pocas palabras lo haces sentir. Gracias por compartirlo. Abrazos.
Me gusto mucho este poema: sencillo, un grito, bellamente escrito
Wilma, Rosario:
les agradezco ampliamente lo que dicen de mi poema; uno se encuentra mejor cuando halla eco...
abrazos para las dos
Guillermo