Esa cara.

Esa cara...

Esa cara de mí la cual intuyo iluminada por cinco luces agoniza bajo diez sombras de defectos... Ese otro yo que ha avanzado a pasos agigantados en el tiempo, mira con desprecio esté presente en donde duermo su prehistoria.
Le hace gracia allá desde los círculos desconocidos del tiempo como me debato rendido ante mí casi inexistente ambición. Sabe ese otro rostro de mí lo que en este preciso momento descubro:
"no ambicionar te resta humanidad" ... En cierto sentido te hace fuerte para algunas cosas y menos fuerte para otras... No diré que soy una piedra fría sólo tengo frío en el alma.
Esa cara significa una búsqueda extenuante entre tantas máscaras, máscaras incapaces de conceder cierta identidad propia de carácter, para no ser una hormiga más en esta tercera roca... Tal vez una afinidad que existe pero resiste por temor a ser una cosa más que agobia al universo.